Defender la FAMILIA contra los enemigos de Dios

En el 1º articulo vimos como Juan-Pablo II fue un gran centinela que resistió las dictaduras de su tiempo.

Pero fue sobre todo para defender la familia, que Juan-Pablo II se mostró un centinela decidido frente a los Enemigos de Dios.

Sabía que la familia es el futuro de la humanidad, y que Satanás no quiere este futuro.

Por eso resistió heroicamente hasta el final en esta «batalla fundamental de la dignidad del hombre».


Ya en los años 50, mientras el primado de Polonía estaba encarcelado, Karl Wojtyla invitaba estudiantes a pasear en los bosques, ahí donde ningún micrófono podía espiarlo, y se tomaba tiempo para esclarecer sus dudas sobre la fe, la amistad, el amor, la sexualidad, el matrimonio…

Uno de los resultados fue su libro Amor y responsabilidad, en 1958, que profundiza en el significado del amor entre hombre y mujer.

Valorando el amor entre varón y mujer

De 1979 a 1984, Juan-Pablo II da sus catequesis sobre la teología del cuerpo, explicando el proyecto de Dios sobre el hombre y la mujer, el amor y la relación sexual de los esposos. Haciéndolo, era conciente de “preparar el futuro” de la humanidad, en esta época marcada por la cultura del placer inmediato, la lujuria, la pornografía y todas las desviaciones. Así se muestra un centinela frente a la llamada revolución sexual, que, separando el acto conyugal de la procreación, tiende a reducir a la mujer a objeto de consumismo. El papa resalta el sentido autentico del amor entre hombre y mujer. Esto lo vamos a profundizar en un capitulo ulterior (Ver Centinelas del amor hombre-mujer).

Valorando el genio femenino y la maternidad

Con la Exhortación apostólica Mulieris dignitatem (1988), Juan-Pablo II recuerda la igual dignidad de la mujer y el varón, y valora el genio femenino, que se revela sobre todo en la maternidad y la atención concreta a cada persona.

Cuando Dios decidió crear el ser humano hombre y mujer, dio a la mujer una especial disponibilidad para acoger la vida (nº 14). Su misma constitución física es una predisposición a la maternidad, a la concepción, la gestación y el parto, que exige de ella un don de si misma muy especial. La estructura personal del ser femenino hace de ella un ser capaz de don, disponibilidad y acogida. «La mujer es ‘la que paga’ directamente este engendramiento común en que se consuman las energías de su cuerpo y su alma» (nº 18).

«La maternidad conlleva una comunión particular con el misterio de la vida que madura en el seno de la mujer; ella entiende lo que pasa en ella», acepta y «ama como una persona al niño que lleva en su seno. Este contacto único con el nuevo ser humano en gestación crea a su vez una actitud hacia el hombre», todo hombre, «que caracteriza profundamente toda la personalidad de la mujer», la hace «capaz de una atención a la persona humana concreta» . Por eso ella tiene el papel más exigente en la educación (nº 18), resiste mejor al sufrimiento (nº 19), es más fuerte en la cruz (nº 15). «La mujer es fuerte por la conciencia de que Dios le confía el hombre. » . La técnica hace perder la sensibilidad por el hombre, por eso el momento presente espera la manifestación del genio de la mujer , atenta al hecho que es un ser humano! Cristo cuenta con ella para cumplir este sacerdocio real (nº 30).

Tiene también una receptividad particular a las cosas de Dios, y adhiere de espíritu y corazón: “Jesús les habla de las cosas de Dios y ellas entienden” (nº 15). Tiene una sensibilidad especial al misterio (nº 16). La dignidad de la mujer se mide en la medida del amor.

Haciendo frente al eugenismo de los ricos

El respeto a la vida será una de las mayores batallas de Juan-Pablo II En 1994, la Iglesia se asoció al Año Internacional de la Familia, proclamado por la ONU, y participó en las Conferencias del Cairo (sept. 1994) y Pekín (sept. 1995), cuyo objetivo anunciado era populación y desarrollo.

En realidad, una coalición de países ricos quería imponer al mundo, con el pretexto de la supuesta explosión de la población del Tercer mundo, nuevos derechos, o sea “derechos reproductivos” significando el derecho ilimitado al aborto, la actividad sexual sin procreación y sin familia, incluso para las adolescentes sin que los padres puedan opinar, el carrerismo de las mujeres sin importar el matrimonio, la familia y responsabilidades familiares. Total, poco que ver con los derechos concretos de la multitud de mujeres que luchan con cuestiones de alimentación, higiene, enfermedades, mortalidad infantil y salud.

Juan-Pablo II se levantó. En una Carta a todos los jefes de estado (19 marzo 1994) afirma: “La familia es el grupo natural y fundamental de la sociedad”.(…) La familia es «patrimonio de la humanidad» . El aborto no es una cuestión de moral sexual sino de derechos del hombre. “No matarás”. Definirlo como un “derecho” es un ataque al derecho internacional que protege la vida de todo ser humano desde la concepción . Es una nueva forma de imperialismo y colonialismo, capaz de destruir la cultura de muchos países que honran la vida y el matrimonio. El papa realizó una actividad intensa de sensibilización:
 Una Carta a las familias (2 febrero 1994);
 Una Carta a todos los jefes de estado (19 marzo 1994);
 La beatificación de Juana Beretta-Molla, que eligió preservar la vida de su niño más que salvarse la vida a costa del bebé (24 abril 1994).

La familia está en peligro

 Después de quebrarse la cadera a fines de abril, y no poder más caminar normalmente, Juan-Pablo II explicó a los peregrinos que “el papa debe sufrir”, porque hoy «la familia está en peligro». El papa «agradece el don del sufrimiento», porque no basta con orar y predicar. El Evangelio del sufrimiento , superior a todo, prepara el futuro de la humanidad, el tercer milenio de las familias (Ángelus del 29 mayo 1994).
 Luego fueron diez Ángelus, del 12 junio al 28 agosto 1994, sobre matrimonio, planning familial, etc.(Ver aquí).

Benazir Bhutto, una Centinela valiente, asesinada en 2007

-También en 1994, Juan-Pablo II fundó la Academia Pontificia para la Vida, encabezada por el profesor Jérôme Lejeune, que declara el 19 junio 1994: «De la concepción hasta el ultimo instante de la vida, es el mismo ser humano» . Son personas, y la vida es un derecho inalienable: «Ninguna autoridad puede amenazar su vida».

Los que etiquetaban al Vaticano como misógino, aislado y ignorante de la realidad del mundo y del Tercer mundo, vieron desvanecerse sus certezas ya el primer día, 5 de septiembre de 1994, con el discurso de abertura de Benazir Bhutto, una mujer valiente, primer ministro de Pakistán, que defendió la “«santidad de la vida humana» con argumentos religiosos y condenó el anteproyecto de la Conferencia por tratar de «imponer el adulterio, la educación sexual […] y el aborto» a todos los pueblos. La coalición tuvo que revisar sus argumentos.

«Les hablo como mujer, como esposa y como madre. […] Esta Conferencia no debe ser percibida por las poblaciones prolíficas del mundo como un proyecto de imponer el adulterio y el aborto. […] Sueño con un mundo en que podamos dedicar nuestros recursos a desarrollar la vida humana, no a destruirla» -Benazir Bhutto

Juan-Pablo II sigue, en 1995, con:
 La encíclica Evangelium vitae, 25 marzo 1995.
 Una Carta abierta a las mujeres, 29 junio 1995.
 Durante la Conferencia de Pekín, cuando trataron de impedir la palabra a la delegación de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Vallas siguió la recomendación del papa y alertó la opinión pública por medio de una conferencia de prensa (7 septiembre 1995).
 El Discurso de Juan-Pablo II a la ONU, 5 octubre 1995.

Total, el compromiso de este centinela determinado resultó decisivo, y el aborto fue rechazado como método para limitar la población, porque muchos países estaban muy preocupados por el libertinaje y el eugenismo subyacente al proyecto.

Desenmascarando las mentiras que se quieren imponer

Mientras tanto, se realizó en 1994 en Roma el primer Encuentro Mundial con las Familias , donde el papa alertó contra los intentos de cambiar el sentido de la familia, “privándola de su referencia natural al matrimonio” (Discurso a las familias, Roma, 8 octubre 1994).

En el 2º encuentro (Río de Janeiro, 1997), instruido por las experiencia del Cairo y de Pekín, tomó el toro por las astas y lanzó un “clamor de esperanza y de liberación”, con un lenguaje frontal, sin diplomacia alguna : « No es verdad que los esposos, como si fueran esclavos condenados a su propia fragilidad, no pueden permanecer fieles hasta la muerte». […] «Familias del mundo entero, no se dejen seducir por ese mensaje de mentira que degrada a los pueblos… Defiendan, como don precioso e insustituible, ¡don precioso e insustituible!, sus familias; protéjanlas con leyes justas que combatan la miseria y el azote del desempleo y que, a la vez, permitan a los padres que cumplan con su misión» (Discurso en el estadio de Maracaná, nº 2-3).

Los enemigos de Dios

A los obispos también manifestó claramente que esta batalla no es un juego: «Parece que hoy los ENEMIGOS DE DIOS, más que atacar de frente al Autor de la creación, prefieren herirlo en sus obras (…) En torno a la familia y a la vida se libra hoy la batalla fundamental de la dignidad del hombre.» (Discurso a los obispos de la CELAM, Rio, 3 octubre 1997). ¡Los «enemigos de Dios» están detrás de las políticas actuales sobre la sexualidad y la familia! Es la batalla fundamental. Por eso el papa moviliza Centinelas por todo el mundo, para hacer reflexionar y retroceder los autores de tales políticas.

Movilizando a las mujeres

Es en este contexto que el 15 agosto 2004, en Lourdes, en su última peregrinación fuera de Italia, Juan-Pablo llamó también a las mujeres a ser Centinelas : «La misión peculiar que corresponde a la mujer en nuestro tiempo, tentado por el materialismo y la secularización: ser en la sociedad de hoy testigo de los valores esenciales que sólo se perciben con los ojos del corazón. A vosotras, las mujeres, corresponde ser centinelas de lo invisible Homilía. ¡Centinelas de los valores esenciales!